El punzón es la pieza superior, que es la que ejerce la fuerza sobre la pieza de metal que queremos plegar. La matriz es la superficie sobre la que se descansa. Hay varios tipos de plegados de metal que dan como resultado distintas formas: con ondulaciones, en “U”, grapado, doble plegado… cada uno de ellos tiene una ejecución distinta dependiendo del resultado final.
Los dos tipos de plegados más utilizados suelen ser los siguientes:
- Plegado en falso: es el más utilizado, ya que requiere de menor fuerza para poder llevar a cabo el curvado de metales. Además, tiene una gran ventaja: la chapa no es manipulada, por lo que conserva su espesor original. Con este tipo de plegado pueden obtenerse dobleces en forma de “V” u otros con múltiples ángulos, dependiendo del tipo de resultado que se desee llevar a cabo.
- Plegado con golpe: en este caso, la chapa sí que se penetra con las herramientas utilizadas. El punzón llega hasta abajo, por lo que la chapa pierde un poco de espesor. Sin embargo, permite un ángulo mucho mayor. Debido a la gran fuerza necesaria para hacer este plegado, suele limitarse a planchas con un determinado grosor para que no se debiliten durante el proceso.