Para
cortar el acero inoxidable pueden utilizarse diversas técnicas. Una de las más elegidas por los profesionales es el corte por chorro de agua: consiste en la aplicación de un chorro de agua a una alta velocidad que corta el metal.
Este tipo de corte es realmente útil porque no calienta el acero inoxidable, por lo que está especialmente utilizado en la industria mecánica que necesita que las piezas no estén deformadas por el calor ya que podría afectar a las propiedades de la misma.
También es muy usado en trabajos industriales porque supone un gran coste en maquinaria: no hay desgaste al no haber una herramienta como tal para hacer el corte.
Gracias a las propiedades de este sistema, puede cortarse un
cono inox de manera fácil sin que se doble o se deforme, quedando la pieza con la forma, grosor y tamaño deseado de una manera muy sencilla.
Ventajas del corte por agua
Como hemos mencionado, supone un gran
ahorro al no haber desgaste de piezas durante su uso. Además, la
misma máquina puede cortar todo tipo de materiales sin ser
necesarios repuestos ni cabezales especiales, por lo que el precio
es el mismo independientemente del material que se corte. Otra de sus
grandes ventajas es que se presenta como un sistema muy ecológico al
no generar residuos ni contaminación durante su utilización.
Materiales que corta
Este sistema, por sí mismo, es capaz
de cortar caucho, cartón, papel, goma, fibra de vidrio o espuma,
entre otros. Si se le añade un ingrediente abrasivo, las
posibilidades son mucho mayores: puede cortar acero inoxidable,
templado o de carbón, granito, aluminio, titanio, vidrio, vigas de
hormigón, kevlar… con lo que las aplicaciones en el sector
industrial son muy grandes.